viernes, 14 de junio de 2013

El veneno de la serpiente


Hace poco me sucedió algo extraño. Pude arrancarme una fantasía entera. Y medía apenas una carilla y media...
Eran un par de escenas que me habían obsesionado dos días enteros, con sus noches. Supongo que es lo que nos pasa a todos. Pero lo nuevo es que pude tomar distancia un momento y observarla con cierta objetividad. Así es como la pude escribir. Fue como arrancarme algo del cuerpo, incluso lo sentí en el cuerpo. Había cosas valiosas en la fantasía, eran deseos genuinos. Es la clase de material con el que se destilan los objetivos concretos, los proyectos...
Siempre escribí, lo nuevo es que pude ser concreto, no dar vueltas, escribir exactamente la fantasía completa, sin nada agregado. Y además tomar conciencia de que era algo valioso.
La gimnasia para lograr eso fue la práctica de la imaginación activa. Así uno se ejercita en visualizar y en hacer memoria para anotar la fantasía completa. Así uno de los efectos es que cuando uno es asaltado por  una fantasía "pasiva" puede volverse consciente de que está visualizando, y desde esa distancia tomar nota.
Una fantasía que te posee te puede matar, es como un veneno que uno se saca del cuerpo.  Con el veneno se puede preparar un antídoto. Eso es parte del simbolismo de la serpiente.

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