lunes, 4 de noviembre de 2013

Mandala Dentata



Anoche volví a tirar las cartas un poquito, vía twitter... y terminamos conversando sobre mis mandalas.
Esta persona me decía que sería mejor si yo la parte de los monstruos la trabajara aparte, que agotara eso. Y que recién después de esa catarsis me pusiera a dibujar los mandalas, para llenarme de la energía de los mandalas, que son para otro tipo de estadio.

Bueno...
Eso es exactamente lo que no quiero. Esa sería la concepción oriental del mandala, la Flor Dorada. Jung habla de ese tipo de mandala en "El secreto de la Flor Dorada". Esos mandalas tienen la dulzura, aparente,  de las religiones orientales. Representan una condición libre de opuestos. Eso significa nirvana, libre de opuestos. Esto viene de la actitud desapegada de los místicos orientales. Pero esa es la solución oriental, la concepción occidental es mucho más dramática. La cruz también es una especie de mandala, ahí Dios está crucificado entre los opuestos.

Yo en lo que más pienso cuando dibujo estos mandalas es el simbolismo alquímico. Ahí el círculo representa el recipiente cerrado, herméticamente, en el que se cocía la materia prima. Ahí el mercurio sufría toda clase de transformaciones, y al final siempre salía mal... creo que del único que se dijo que logró producir el Lapis Philosophorum es Nicolas Flamel. Así que nunca se llegaba a un mandala perfecto, a la Flor Dorada... y eso es lo interesante.
Acá hay uno de los ejemplos más lindos de lo que pasaba ahí adentro (de la Turba, discurso LIX):
Los filósofos, sin embargo, entregaron a la muerte a la mujer que mata a sus maridos; pues el cuerpo de esa mujer está lleno de <armas> y <veneno>. Por lo tanto excava una tumba para ese dragón y entierra con él a esa mujer y átalo sólidamente a esa mujer, pues cuanto más se ligue a ella y se revuelva tanto más le despedazarán las <armas> femeninas criadas en el cuerpo de la mujer. Cuando se mezcla con los miembros de la mujer su muerte es segura, transformándose enteramente en <sangre>, lo dejan algunos días al Sol hasta que su blandura se consume y la <sangre> se seca, encontrando aquel <veneno>. Aparece entonces el aire escondido (el viento es el pneuma escondido en la materia prima.). Así pues la conniunctio se desarrolla también en formas más atroces que la mostrada en la descripción, relativamente inofensiva, del Rosario.
Para representar ese proceso harían falta varios dibujos. Pero cada uno tiene que producir su serie, en eso consiste la importancia de la alquimia en la historia de la cultura. Recién en ese momento aparecen individuos que trabajan en sus propias series de símbolos sin estar limitados por la tradición.

Me incomoda un poco que este mandala sea de hace un tiempo... acá en el blog no aparecen en orden cronológico.  Pero bueno, hablábamos más que nada de éste.

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