domingo, 24 de noviembre de 2013

UN CÍRCULO DE FUEGO



El otro día conversaba con unas amigas, una está estudiando en el IUNA. Hablábamos de estos mandalas. Yo contaba como empecé a hacerlos, antes no me salían...

Yo empecé a dibujar mandalas después de ver que no podía practicar la imaginación activa. O sí podía, pero todas las figuras que encontraba me atacaban. En ese momento fue que empecé a dibujar mandalas. Eso fue después que en una visión usé un círculo de fuego para protegerme, y funcionó bastante... es el mandala como círculo protector, la forma más primitiva del mandala. También había hablado brevemente de lo que es la imaginación activa.

Y no lo soportaba, me miraba como con una cara rara, y después se fue.
Yo no es que ande contando estas cosas por ahí. Pero me parece que entre gente que está dibujando se pueden hablar estas cosas. Más si hay algo de confianza.

No entiendo bien que pasó. Quizás hay cosas que no se pueden comunicar más que por el dibujo, o la literatura, estetizadas. Jung, en el seminario sobre las visiones, decía que la estetización protege de la experiencia, de la intensidad de la experiencia. La estetización es un proceso de abstracción, así se toma distancia. Hay cosas que no se pueden contar así nomás. Y no es sorprendente que la academia sea otro espacio de normalización, pero es triste.


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